jueves, 5 de agosto de 2010

Sus ojos se cerraron

http://www.youtube.com/watch?v=_RlCr4JqZpo

Esta película nos gustaba, ¿recuerdas? La dulce historia de amor sublime transformada en la tragedia de tristeza sagrada... o algo así, ya no recuerdo bien, sinceramente. Es como tu rostro: una sombra cada día más difusa, más imprecisa.

Siento algo de culpa con esta canción, ahora que reuní el valor de contemplar de nuevo el rostro demacrado de Gardel, como si, de alguna manera, al haber extasiado mi alma con la desolación de la canción, hubiera retado al Destino a sembrarla en mi vida.

Lo sé, lo sé, el duelo complicado, el sentimiento de culpa y todas esas cosas. No sirven los psicologismos. Es algo más grande que esas categorías, que nunca lo abarcan todo.

Es amor.

martes, 3 de agosto de 2010

Indiferencia

Guerras, conspiraciones, hambre, calumnias, expectativa, publicidad.

El mundo de los humanos es una mezcla absurda, rampante y fascinante de caos incontenible. Una amalgama bruta y densa de pequeños conflictos trascendentales.

Afganistán esto, la guerrilla aquello, el PIB lo otro, el feminismo lo demás.

Y mientras todo sucede, es registrado y llega a mis ojos, no puedo evitar contraer la boca al notar que, pese a mi esfuerzo por enterarme del curso del mundo, de la actualidad y los antecedentes, de las previsiones de todo lo Importante, no consigo estar al tanto.

Sencillamente, no me importa.

Hay algo que sí me importa. Una pequeña tragedia anónima, de una niña violinista con un bulto de su misma carne, creciendo hasta arrebatarle el aliento en su propio vientre. De una jovencita hermosa, talentosa y rara, condenada a ser el recuerdo de muy pocos, la tristeza de un par de parroquianos, la obsesión de uno solo.

Me importa Ella. La única, la amada, la perdida. Me importa que un nuevo día llega con el doble-cero en el reloj; me importa la certeza de saber que en un par de horas seguiré despierto, mascullando su nombre y la imposibilidad definitiva de recuperarla.

Tremenda, la portada de Time. Impactante, la revelación de WikiLeaks. Absurda, la propuesta de las FARC de diálogo sin renunciar a sus prácticas bestiales.

Bah... tremendo el detalle del anillo inútil de bodas que me pongo cada noche. Impactante la narración de esa canción, "La casa nueva" (una situación de dulzura melosa que nunca vendrá... demonios).

Absurda, la inevitable necesidad de seguir trabajando, de levantarme mañana y sonreír, y de hablar con mi familia como si nada pasara, de atender a mis colegas y clientes como si sirviera de algo.

¿Indiferente? No. Todo lo contrario. Pasa lo que con el TDAH: no es que falte atención, es que sobra, y se centra en estímulos que para la mayoría (un docente que espera miren el tablero, un jefe que espera sigan su cronograma) son irrelevantes.

Ya me lo han dicho: estoy consagrado a algo inútil, irrelevante, muerto.

Tal vez algún día te deje, amor, y me entere de lo que sucede-de-importante-en-el-mundo. Ja, y tal vez abra un blog sobre actualidad mundial.

¿Me salió bien el chiste al final?

La casa nueva, esta versión,
http://www.youtube.com/watch?v=Rviz8_pm2_I
la que resuena por quinta vez en mi apartamento, mientras afuera, unos borrachos se dedican mutuamente "cumpleaños feliz" anacrónicos.

lunes, 2 de agosto de 2010

¿Por qué no nos quedamos aquí, toda la vida?

¿Por qué no nos quedamos aquí, toda la vida?...

Pregunta bonita, gesto romántico que trasciende más allá de la cordialidad.

Como aquella vez, sigo diciéndote lo mismo: claro, mi amor. Yo sí me quedaré. Toda la vida.

Buenos días

Lunes. De madrugada.

Los pájaros insomnes anuncian la derrota de la noche, quien cede su manto de tinieblas (¡hay, cada vez más confortable!) a la mano iridiscente de la claridad.

La ciudad despierta, con su ruido de motores y cubiertos hambrientos.

El frío se incrementa, en un último esfuerzo antes de entregarse al sol (amante fácil).

Buenos días. Feliz semana. Mucha suerte con los asuntos pendientes. No olvidés cambiar de rutina en el gimnasio. Hoy sí salgo de ese compás en la nueva canción. ¿Querés café o chocolate? ¿O El Día que me Quieras en el piano?

Demonios, el segundero comenzó apurado su semana. ¿Ya va media hora retozando en la cama?

¿Por qué no nos quedamos aquí, toda la vida?

...

El frío no se va. Y la gente habla de calentamiento global... ¿qué tal si les comparto mi antídoto?

Buenos días, maldito mundo. Feliz semana, maldito tiempo.

Hoy me quedaré un ratito más. A veces la almohada, o mi infaltable panda de peluche, ceden a mi insistencia, y logro sacarles un gesto ido hace mucho, un acento que aún me arranca un suspiro complacido.

¿Los ángeles en el cielo se dan los buenos días?

Fíjate: los condenados en el infierno sí lo hacen.