martes, 3 de agosto de 2010

Indiferencia

Guerras, conspiraciones, hambre, calumnias, expectativa, publicidad.

El mundo de los humanos es una mezcla absurda, rampante y fascinante de caos incontenible. Una amalgama bruta y densa de pequeños conflictos trascendentales.

Afganistán esto, la guerrilla aquello, el PIB lo otro, el feminismo lo demás.

Y mientras todo sucede, es registrado y llega a mis ojos, no puedo evitar contraer la boca al notar que, pese a mi esfuerzo por enterarme del curso del mundo, de la actualidad y los antecedentes, de las previsiones de todo lo Importante, no consigo estar al tanto.

Sencillamente, no me importa.

Hay algo que sí me importa. Una pequeña tragedia anónima, de una niña violinista con un bulto de su misma carne, creciendo hasta arrebatarle el aliento en su propio vientre. De una jovencita hermosa, talentosa y rara, condenada a ser el recuerdo de muy pocos, la tristeza de un par de parroquianos, la obsesión de uno solo.

Me importa Ella. La única, la amada, la perdida. Me importa que un nuevo día llega con el doble-cero en el reloj; me importa la certeza de saber que en un par de horas seguiré despierto, mascullando su nombre y la imposibilidad definitiva de recuperarla.

Tremenda, la portada de Time. Impactante, la revelación de WikiLeaks. Absurda, la propuesta de las FARC de diálogo sin renunciar a sus prácticas bestiales.

Bah... tremendo el detalle del anillo inútil de bodas que me pongo cada noche. Impactante la narración de esa canción, "La casa nueva" (una situación de dulzura melosa que nunca vendrá... demonios).

Absurda, la inevitable necesidad de seguir trabajando, de levantarme mañana y sonreír, y de hablar con mi familia como si nada pasara, de atender a mis colegas y clientes como si sirviera de algo.

¿Indiferente? No. Todo lo contrario. Pasa lo que con el TDAH: no es que falte atención, es que sobra, y se centra en estímulos que para la mayoría (un docente que espera miren el tablero, un jefe que espera sigan su cronograma) son irrelevantes.

Ya me lo han dicho: estoy consagrado a algo inútil, irrelevante, muerto.

Tal vez algún día te deje, amor, y me entere de lo que sucede-de-importante-en-el-mundo. Ja, y tal vez abra un blog sobre actualidad mundial.

¿Me salió bien el chiste al final?

La casa nueva, esta versión,
http://www.youtube.com/watch?v=Rviz8_pm2_I
la que resuena por quinta vez en mi apartamento, mientras afuera, unos borrachos se dedican mutuamente "cumpleaños feliz" anacrónicos.

1 comentario:

  1. Maldita sea... las cosas cotidianas... me harté de intentar que el vínculo al video (hay... esa canción...) saliera directamente...

    bueno, algo más para la larguísima lista de pendientes.

    Lo pondré debajo de "seguir adelante, aprovechando el resto de tiempo que tengo en esta vida"

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